Cuando las temperaturas suben y el sol brilla con fuerza, nuestro cuerpo pierde líquidos más rápido de lo habitual, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Pero, ¿cómo saber si estoy deshidratado?
Identificar los síntomas a tiempo es clave para evitar consecuencias graves en la salud. En este artículo, te explicamos cómo reconocer la deshidratación, cuántos litros de agua hay que tomar al día y qué medidas adoptar para mantener tu organismo bien hidratado.
Cuidar de tu salud en esta época es fundamental, y contar con un respaldo médico adecuado puede marcar la diferencia.
Con nuestro seguro +Salud, accedes a atención médica de calidad en caso de golpe de calor, deshidratación u otras afecciones relacionadas con el clima.
El cuerpo nos envía señales claras cuando necesita agua. Estos son algunos síntomas de deshidratación que no debes ignorar:
Boca y piel secas: la falta de hidratación reduce la producción de saliva y deja la piel sin elasticidad.
Orina oscura y en poca cantidad: un indicador inmediato de que el cuerpo necesita líquidos.
Mareos y fatiga: la deshidratación afecta la presión arterial y puede provocar debilidad y confusión.
Dolores de cabeza: el cerebro también sufre por la falta de líquidos, causando molestias persistentes.
Aumento del ritmo cardíaco: la deshidratación extrema puede hacer que el corazón trabaje más para mantener la circulación sanguínea.
Si experimentas alguno de estos síntomas, es esencial reponer líquidos lo antes posible.
La cantidad de agua recomendada varía según la edad, el peso y la actividad física, pero en promedio se aconseja:
Hombres: 2,5 a 3 litros diarios.
Mujeres: 2 a 2,5 litros diarios.
Niños y adultos mayores: 1,5 a 2 litros, adaptando según el clima y la actividad.
Sin embargo, en días de calor intenso o cuando se realiza ejercicio físico, la cantidad debe aumentar para compensar la pérdida de líquidos a través del sudor.
No esperes a sentir sed para beber agua. El mejor hábito es hidratarse de manera regular a lo largo del día. Puedes optar por agua, infusiones o bebidas con electrolitos si has sudado en exceso.
Si pasas mucho tiempo expuesto al calor o realizas actividad física intensa, las sales hidratantes pueden ser un gran aliado. Estas ayudan a reponer minerales esenciales como sodio y potasio, fundamentales para evitar la fatiga y el desequilibrio electrolítico.
Entre las 11:00 y las 16:00 horas, la radiación solar alcanza su punto máximo. Permanecer en la sombra o en espacios frescos durante este periodo es fundamental para prevenir la deshidratación y los golpes de calor.
Además de beber líquidos, puedes hidratarte con frutas y verduras con alto contenido de agua como:
Sandía
Pepino
Naranjas
Apio
Estos alimentos no sólo aportan agua, sino también vitaminas y antioxidantes que ayudan a mantener el equilibrio del cuerpo.
Las bebidas con cafeína y el alcohol pueden aumentar la pérdida de líquidos, ya que tienen efecto diurético. En su lugar, elige agua natural o infusiones sin azúcar.
El calor intenso puede afectar nuestra salud rápidamente si no tomamos precauciones. Ahora que sabes cómo detectar la deshidratación y qué hacer para prevenirla, conviértelo en un hábito diario. Bebe suficiente agua, evita la exposición prolongada al sol y usa sales hidratantes cuando sea necesario.
Tu cuerpo te lo agradecerá.
Además de seguir estos consejos, es importante contar con un respaldo médico adecuado. Con el seguro +Salud de Alemana Seguros, tendrás acceso a especialistas y centros médicos de primer nivel para atender cualquier imprevisto. Infórmate y contrata hoy la mejor protección para ti y tu familia.Te presentamos el Seguro que te entrega la protección en salud que necesitas
Cotiza aquíTe presentamos el Seguro que te entrega la protección en salud que necesitas
Cotiza aquí