Conoce qué exámenes de chequeo general se recomiendan para los niños según su edad y por qué son clave en los controles de salud.
En la infancia, muchos problemas de salud no se manifiestan con señales evidentes. Alteraciones visuales, anemia, dificultades auditivas o retrasos en el desarrollo pueden avanzar silenciosamente si no se evalúan a tiempo.
Por eso, los exámenes de chequeo general en niños no buscan “encontrar enfermedades”, sino confirmar que el desarrollo va bien y actuar temprano cuando algo se sale de lo esperado.
¿Qué exámenes de chequeo general se recomiendan según la edad?
Los exámenes preventivos en la infancia no son iguales para todos los niños ni para todas las edades. Se ajustan a las etapas del desarrollo y a los riesgos más frecuentes en cada periodo.
Niños de 1 a 2 años
En esta etapa, los controles son más frecuentes y se enfocan en detectar problemas nutricionales y del desarrollo:
Hemograma alrededor de los 12 meses, para pesquisar anemia por déficit de hierro.
Evaluación del desarrollo psicomotor, observando lenguaje, motricidad y sociabilidad.
Chequeo visual y auditivo básico, mediante evaluación clínica.
Control de salud oral, orientado a prevenir caries tempranas y educar en higiene bucal.
Estos exámenes permiten confirmar que el crecimiento y desarrollo siguen un curso adecuado
Niños entre los 3 y 5 años
Durante la etapa preescolar, los controles apuntan a detectar dificultades que puedan afectar el aprendizaje:
Examen de agudeza visual, especialmente recomendado alrededor de los 4 años.
Tamizaje auditivo, para descartar problemas de audición.
Evaluación del desarrollo y conducta, con foco en lenguaje y habilidades sociales.
Control nutricional, midiendo peso, talla e índice de masa corporal.
Controles odontológicos periódicos.
Estos chequeos ayudan a preparar al niño para el ingreso al sistema escolar en mejores condiciones de salud.
Niños de 6 a 12 años
En la etapa escolar, los controles se vuelven más espaciados, pero siguen siendo fundamentales:
Evaluación oftalmológica, para detectar miopía u otros defectos visuales.
Examen auditivo, especialmente si existen dificultades de aprendizaje.
Controles dentales regulares, incluyendo el control garantizado a los 6 años.
Seguimiento nutricional, para prevenir sobrepeso u obesidad infantil.
Evaluación del desarrollo puberal y postura, hacia el final de esta etapa.
En algunos casos, el médico puede indicar exámenes de laboratorio adicionales, como perfil lipídico o glicemia, según antecedentes familiares o factores de riesgo.
Prevenir en la infancia no es anticiparse a una enfermedad
Los exámenes de chequeo general en niños no están pensados únicamente para buscar enfermedades, sino para confirmar que el desarrollo físico y funcional sigue el curso esperado para cada edad. Cuando algo se desvía, detectarlo a tiempo permite actuar antes de que ese desajuste tenga consecuencias mayores.
Muchas de las condiciones que se identifican en controles preventivos no generan síntomas inmediatos. Sin embargo, pueden impactar progresivamente en el aprendizaje, el bienestar emocional o la calidad de vida de los más pequeños si no se detectan oportunamente.
Por eso, la asistencia a controles de salud durante la infancia no se basa en la intuición ni en “que el niño se vea bien”, sino en evaluaciones clínicas y exámenes objetivos que respaldan decisiones médicas informadas.
Conocer qué exámenes se recomiendan es solo el primer paso. El siguiente es contar con acceso oportuno a consultas médicas y exámenes, evitando postergaciones que muchas veces no responden a falta de interés, sino a barreras económicas o logísticas.
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