Descubre cómo proteger la salud de tu recién nacido en invierno con consejos prácticos sobre temperatura, vestimenta y prevención de enfermedades. Conoce los beneficios del seguro +Salud de Alemana Seguros.
Cuando bajan las temperaturas, la salud de los más pequeños exige una atención especial.
Sobre todo en la salud de los recién nacidos. Su sistema inmunológico aún está en desarrollo y su capacidad de regular la temperatura corporal es limitada, lo que los hace especialmente vulnerables durante esta temporada.
Por eso, los cuidados de los niños en el hogar se vuelven clave para prevenir complicaciones propias del clima frío, como el enfriamiento en niños o los contagios por enfermedades de invierno en Chile.
A estas vulnerabilidades naturales se suman los factores ambientales y sociales del invierno: el aumento de virus circulantes, el mayor tiempo dentro de espacios cerrados y la humedad pueden convertirse en un verdadero desafío. Por eso, anticiparse con medidas simples pero efectivas hace toda la diferencia.
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¿Cuál es la temperatura normal de un bebé y cómo mantenerla?
La temperatura normal de un bebé recién nacido oscila entre los 36,5°C y 37,5°C. Para mantener este rango en invierno, la habitación debe estar entre 20°C y 22°C. Esto evita tanto el enfriamiento como el sobrecalentamiento, un riesgo no menor en lactantes.
Usa un termómetro ambiental en la pieza del bebé.
Prefiere sistemas de calefacción seguros, que no resequen el aire ni generen monóxido de carbono.
Revisa la temperatura corporal del bebé tocando su cuello o espalda: si está frío al tacto, necesita una capa más.
Evita ubicar la cuna cerca de ventanas o paredes exteriores que filtren frío.
¿Cómo vestirlo correctamente sin caer en el sobreabrigo?
Los especialistas recomiendan vestir al bebé en capas: una base de algodón, una intermedia (como un polar ligero) y una exterior que proteja del viento. Evita tejidos sintéticos que no permiten transpirar y podrían provocar sudoración y posterior enfriamiento.
Importante: los bebés menores de 3 meses deben usar una o dos capas más que un adulto. A partir del primer año, bastará con igual cantidad de ropa que sus cuidadores.
Las extremidades suelen enfriarse primero. Usa calcetines térmicos y gorritos que cubran bien las orejas.
Si vas a salir, lleva una manta adicional por si cambia el clima.
Al volver al interior, quítale una capa para evitar que sude y se enfríe.
¿Qué hacer para prevenir enfermedades respiratorias?
El resfriado por cambio de temperatura y otras enfermedades de invierno en Chile se presentan con más frecuencia en esta época, especialmente por el tránsito constante entre espacios calefaccionados y el exterior. Para proteger a tu bebé:
Evita exposiciones prolongadas al frío.
Si sales, abrígalo por capas y cúbrele nariz y boca para entibiar el aire que respira.
No expongas al bebé a personas enfermas ni a espacios muy concurridos.
Refuerza su sistema inmune con una alimentación adecuada y, si está en etapa de lactancia, prioriza la leche materna.
Lava tus manos antes de tomar al bebé y desinfecta superficies de uso común en el hogar.
Cuidados del baño y el sueño durante el invierno
El agua del baño debe estar tibia (alrededor de 37°C), y la habitación previamente temperada. Al terminar, seca al bebé rápidamente y aplica una crema hidratante para evitar la sequedad en la piel. Evita baños largos y asegúrate de tener todo a mano antes de comenzar para no dejar al pequeño expuesto.
Para dormir, es fundamental que la cuna esté libre de frazadas sueltas. Usa un saco de dormir adecuado a la temperatura y evita los gorros o mantas que puedan cubrir la cabeza del bebé, ya que eso puede aumentar el riesgo de muerte súbita.
Mantén la cuna lejos de fuentes directas de calor como estufas.
Revisa que el bebé no sude mientras duerme; si lo hace, reduce una capa.
¿Qué otros cuidados del hogar considerar?
Los cuidados de los niños en el hogar no solo incluyen la vestimenta y temperatura, sino también el ambiente en el que crecen:
Verifica que no haya corrientes de aire en su pieza.
Asegúrate de que las ventanas estén bien cerradas y usa cortinas gruesas.
Mantén el aire ventilado abriendo las ventanas durante el día.
Usa alfombras o tapetes para conservar el calor en los pisos.
Si usas calefacción, recuerda mantener un recipiente con agua para evitar el aire seco.
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